Ya sea que tu bebé o tu gato hayan llegado primero, tendrán que encontrar la manera de llevarse bien. La mejor manera de lograrlo es comenzar con una buena primera impresión.
Como padre, hay muchas cosas que puede hacer para garantizar que sus gatos y bebés compartan un vínculo saludable y amoroso de por vida.
Empieza despacio
Al igual que nosotros, los gatos necesitan un período de adaptación. Ya sea que traigas un nuevo gato a casa o que incorpores un nuevo cachorro a tu territorio, tu gato necesitará tiempo para adaptarse al cambio de escenario.
En lugar de forzar las presentaciones, deja que tu gato tome las decisiones. Tómate tu tiempo y deja que tu gato se acerque a ti y a tu bebé. Los gatos son curiosos por naturaleza, por lo que tarde o temprano se las arreglará para saludarte. Pero las cosas irán mucho mejor si es en el momento adecuado para los felinos.
Primeras interacciones
Piensa en la primera impresión que tienes de un compañero de trabajo, un vecino o un amigo. Puede que esa primera impresión haya cambiado con el tiempo, pero siempre recuerdas esos primeros segundos decisivos. Los gatos son así.
Cuando le presente su gato a su bebé por primera vez, vigile de cerca a ambas partes. Los niños pequeños, en particular, tienden a estar ansiosos por explorar sus alrededores y pueden querer agarrar al gato. Ayude a su hijo a redirigir cualquier intento de agarrarlo a caricias suaves. Esto le enseñará a su hijo cómo interactuar con su gato y también le enseñará a su gato que su pequeño es una fuente de atención amorosa.
Conozca sus personalidades
Así como los bebés nacen con temperamentos únicos, los gatos tienen personalidades únicas. Algunos gatos son introvertidos, tímidos o solitarios, y otros son extrovertidos, cariñosos y francamente habladores. Además, algunos gatos son más propensos a crear vínculos o pueden encariñarse con un miembro particular de la familia.
Disfrute del viaje de conocer las personalidades de su gato y de su hijo a medida que crecen juntos. Respete el temperamento o la personalidad de cada uno. Hable con su hijo sobre la personalidad de su gato y ayúdelo a apreciar lo que hace que su gato sea especial.
Enseñar límites
Una cosa que tu hijo y tu gato tienen en común es que ambos creen que tienen el control. Ya sea la hora de comer o de la siesta, los niños y los gatos naturalmente piensan que sus necesidades son lo primero.
A medida que su gato y su hijo pasan más tiempo juntos, inevitablemente cruzarán un límite con el que uno o ambos se sienten incómodos. En la mayoría de los casos, es el gato el que siente que las cosas han ido demasiado lejos. Si bien los niños tienden a ser cariñosos y creen que el tiempo de juego nunca debe terminar, los gatos no siempre están dispuestos a estar de acuerdo.
Enséñele a su hijo desde una edad temprana que cuando un gato sale de la habitación, se escapa o se esconde, es mejor dejarlo tranquilo. Los gatos que no quieren jugar ni que los carguen son más propensos a arañar o morder cuando se pone a prueba su paciencia.
Manténgase alerta y evite accidentes
Hasta que los niños tengan la edad suficiente para interactuar con las mascotas por sí solos, los padres siempre deben vigilar a sus hijos cuando estén cerca del gato de la familia. Si bien los gatos y los bebés pueden formar vínculos fuertes, también hay muchas posibilidades de que ocurran contratiempos.
Comience por enseñarle a su hijo lo que se debe y no se debe hacer al tener un hermano felino, como que la arena para gatos no es un refrigerio aprobado y que a los gatos no les gusta que les tiren de la cola.
Si le preocupa que su gato arañe a su pequeño, considere usar Soft Claws o un producto similar. En lugar dequitarle las garras (que es un procedimiento doloroso, debilitante y traumático para su gato), Soft Claws es una forma humana de evitar los arañazos.
Las Soft Claws son un conjunto de fundas de silicona que se pueden pegar de forma segura a las uñas de tu gato. A medida que las uñas de tu gato crecen y la capa exterior se desprende, las Soft Claws también se caen. Reemplaza cada uña a medida que se desprenda o hazle una manicura completa al gato aproximadamente una vez cada seis semanas.
Fuentes:
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